Un Heatmap (mapa de calor) es una herramienta de análisis que muestra cómo interactúan los usuarios con una página web: por ejemplo, dónde hacen clic, hasta qué punto se desplazan o hacia dónde mueven el ratón. Los resultados se representan con colores: las zonas con mucha actividad aparecen en rojo (caliente) y las de poca actividad en azul (frío).
Ejemplo: un heatmap de un sitio web puede revelar que la parte superior, como la navegación o el logotipo, recibe mucha interacción (zonas rojas). Al mismo tiempo, puede evidenciar que la parte inferior de la página o ciertas secciones apenas reciben atención (zonas azules).
Utilidad:
Estos datos permiten optimizar un sitio web de forma precisa. Elementos importantes como botones, llamadas a la acción o formularios pueden colocarse en zonas más visibles, mientras que los contenidos poco vistos pueden revisarse o reubicarse.
Los heatmaps responden a preguntas como:
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¿Qué contenidos atraen más atención?
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¿Se ven y se hacen clic en botones clave como “Comprar ahora” o “Contactar”?
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¿Hasta dónde se desplaza la mayoría de los usuarios y en qué punto abandonan?
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¿Existen distracciones o elementos innecesarios que impiden alcanzar el objetivo?
Ámbitos de aplicación:
Los heatmaps son especialmente útiles en diseño UX (usabilidad), en la optimización de la conversión (más compras o solicitudes) y en el marketing de contenidos (identificar qué contenidos funcionan mejor).
Herramientas: los heatmaps más conocidas son Hotjar, Microsoft Clarity o Crazy Egg, que ofrecen análisis visuales sencillos.
Conclusión:
Un mapa de calor hace visible el comportamiento del usuario, literalmente. Muestra dónde miran y actúan realmente los usuarios, proporcionando así una base sólida para diseñar sitios web más intuitivos, efectivos y con éxito.