CSS significa Hojas de Estilo en Cascada y es el lenguaje con el que se define el diseño y la maquetación de los sitios web. Mientras que HTML determina qué aparece en una página (por ejemplo, textos, imágenes o botones), CSS se encarga de cómo se ven esos elementos: sus colores, tipografías, márgenes, tamaños y disposición.
Con CSS se pueden diseñar visualmente las páginas web y adaptarlas a diferentes tamaños de pantalla, como smartphones, tablets u ordenadores. Es, por tanto, un componente clave del Responsive Design (diseño adaptable), que ajusta automáticamente la presentación a cada dispositivo.
Dicho de forma sencilla: HTML es la estructura de una web y CSS es la fachada. Solo gracias a CSS un sitio web resulta visualmente atractivo, fácil de usar y coherente con la identidad de la marca.
CSS puede utilizarse de forma flexible: directamente dentro del documento HTML o mediante archivos independientes que controlan el diseño de forma centralizada. Sin CSS, todas las páginas web serían grises, sin estilo y difíciles de manejar.